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sábado, 18 de abril de 2009

playoffs

domingo, 12 de abril de 2009

Papá, ¿porqué eres entrenador?



Esa es la pregunta que más temo en estos momentos. Voy a ser padre próximamente, y cuando me la haga, no sabré que contestar. Intentaré adelantarme, y tener los deberes hechos para cuando suceda (que sucederá), y tener una buena respuesta preparada. Desde luego, le diré, no por el dinero. Nunca he jugado por dinero, ni entrenar tampoco. Además, en categorías de base sería ridículo.
A estas alturas de la temporada, mi equipo no tiene por qué luchar, muchos jugadores se han rendido antes de tiempo y quizás no sea el mejor momento de intentar responder, pero aún así lo haré.

La emoción que se siente desde un banquillo es lo más parecido a jugar baloncesto que se puede sentir. Ves los movimientos de los rivales, los problemas físicos y psicológicos (sobre todo éstos) de tus jugadores, las tácticas que se desarrollan, los imprevistos que van surgiendo, las canastas inverosímiles y jugadas perfectas.
Los golpes que reciben tus pupilos duelen como propios, y el cansancio también aprieta, pero un único movimiento bien hecho de ese jugador que nunca falta a entrenar, que intenta mejorar diariamente, y que te reconoce señalándote con el dedo vale toda una temporada.

Admiro a muchos entrenadores, los veo sufrir con su equipo, dejarse la garganta, y casi la piel en cada partido, mucho más que muchos de sus jugadores, y pienso que sin ellos no lo hubiera intentado siquiera.

Tengo una formación en trabajo en equipo gracias a ésto, y ningún libro podrá enseñarme más que la práctica diaria del basket. Dentro de una cancha de baloncesto, me siento como Mowgli, el protagonista de "El libro de la selva", ya que cuando se juegan los momentos importantes de un partido..."la fuerza de la manada es el lobo, y la fuerza del lobo, la manada".

No sé si he hecho lo que debía, ahora ya no me preocupa, y es una pregunta que nunca obtendrá respuesta, pues son muchos los factores que influyen en la creación de un equipo con mayúsculas, pero lo que sí sé a ciencia cierta, es que lo he hecho, parafraseando a Sinatra, "a mi manera".

Piensas todo el día en mejorar, no duermes bien, porque te preocupa algún jugador en concreto, tienes horas de desplazamiento por delante, justo en el fin de semana, tras una semana dura de trabajo, y además hay que madrugar para los partidos.
No te hacen caso los jugadores, a veces te tratan mal, y hay que aleccionarlos duramente; discutes con ellos, poniendo a prueba tu infinita paciencia, y a veces, estallas.

Estallas en gritos de rabia, de impotencia, de énfasis para que te hagan caso, para que se den cuenta que quieres ganar por ellos, que quieres que jueguen bien por ellos, que quieres que sepan lo que es un equipo por ellos, y que dedicas tanto de tu tiempo libre por y para ellos.

Y sin quererlo siquiera, he dado con la respuesta a la pregunta inicial,por ellos.

jueves, 9 de abril de 2009

Tar Heels


Para la entrada de hoy, os recomiendo que pongais la siguiente canción, y sigais leyendo.


Sin habernos dado cuenta, y mientras James Taylor toca "Carolina in my mind" de fondo, hemos llegado a Marzo, el March Madness, que termina con la final four de la NCAA.
Los North Carolina Tar Heels han sido los campeones este año, y quiero hacerles un pequeño homenaje, y así cumplo una promesa a un buen amigo, de paso.
Tar Heels, para los no iniciados, significa talones de alquitrán, y se cree que este apodo proviene de la guerra civil de Estados Unidos, ya que los soldados de la zona se aferraban a sus posiciones como si tuvieran alquitrán en los talones. Es una metáfora de la tradición de esta pequeña universidad en la que la férrea defensa es casi una religión, y sus espectadores son críticos, entendidos y duros con sus jugadores.
Decir Tar Heels es decir Dean Smith. Este entrenador fue el creador de cosas tan habituales como el ataque en cuatro esquinas para los minutos finales del encuentro, el dos para uno para defender el bloqueo y continuación, y otros muchos gestos habituales en el baloncesto. La pista donde juegan los Tar Heels lleva su nombre, lo cual basta por sí solo para explicar la importancia de este hombre.

En este campus nació un equipo campeón de la NCAA, con James Worthy, Michael Jordan, y Sam Perkins, que dió a esta universidad la categoría de mítica, ya que estos jugadores siguieron haciendo historia en la NBA. Los que tenemos cierta edad mantenemos en la retina el tiro final de un escuálido Jordan, contra los Georgetown de Pat Ewing, para llevarse el título.

Otros ejemplos de jugadores que han pasado por sus aulas son:


Larry Brown 1967-1971 HOF
Vince Carter 1998-2007
Bill Chamberlain 1972-1973
Billy Cunningham 1965-1975 HOF
Brad Daugherty 1986-1993
Rick Fox 1991-2003
Antwan Jamison 1998-2007
Bobby Jones 1974-1985
George Karl 1973-1977
Mitch Kupchak 1976-1985
Bob McAdoo 1972-1985 HOF
Kenny Smith 1987-1996
Jerry Stackhouse 1995-2007
Rasheed Wallace 1995-2007

No está mal ¿NO?.

En esa final del 1984, fue donde MJ empezó a fraguar su famoso tiro de segundos finales de partido. Iban perdiendo de 1, 20 segundos por jugarse y los Georgetown Hoyas defendiendo con una 2-3, con Pat Ewing en el centro. Balón a Jordan, suspensión y listo. Título para UNC. Desde ese día, siempre llevó debajo del pantalón de los Bulls el roído pantalón de UNC "Tar Heels". Al menos eso dice la leyenda.

Pues bien, que sepáis que cuando dais un gran pase, dejando a un compañero solo, que mete la canasta, y luego éste os señala con el dedo, sin saberlo está señalando a Dean Smith, que fue el inventor de este gesto. Este gesto significa agradecimiento, reconocimiento de los méritos de mi compañero, y crea equipo. Es tan importante como cualquier estrategia de ataque, y más efectivo.